New Year's Resolutions o nuestros Propósitos de Año Nuevo

La felicidad y la alegría con que despedimos el Año Viejo surge del sentimiento de gratitud que experimentamos al comprobar que ha pasado un año más, pero también de la esperanza que el próximo quizás sea mejor. Una vieja costumbre consiste en formular buenos propósitos para llevarlos a cabo durante el año que está por comenzar, dejando atrás nocivas prácticas, malos hábitos o incorporando nuevos y más saludables aspectos a nuestro quehacer cotidiano.

Ya en la antigua Babilonia, 2000 años antes de Cristo, con el comienzo del año, entonces en primavera, los habitantes hacían promesas a los dioses para poder hacer frente a sus necesidades de supervivencia.

En Roma, tras la incorporación del calendario juliano introducido por Julio César, los romanos iniciaban el año brindando ofrendas a Jano, dios de los comienzos y transiciones, cuyo nombre dió lugar etimológicamente al primer mes del año (gener, gennaio, janvier, Januar, January...). La dulzura de estas obsequios -dátiles, higos, miel y tortas- era considerada símbolo de presagios favorables para el año entrante.

Cada país recibe el nuevo año según su tradición: España con las 12 uvas de la suerte que simbolizan los 12 meses del año; Grecia con la Vassilopitta, tarta en cuyo interior se coloca una moneda de oro o de plata portadora de la buena suerte, Italia con las lenticchie o lentejas estofadas tras las campanadas de media noche para atraer la prosperidad y la fortuna en el año entrante, Alemania con el Bleigiessen o fundición de plomo que presagia los acontecimientos del año nuevo. Y así un larguísimo etcétera que tiene como nexo común en todos los países prepararse anímicamente para vivir un nuevo año igual o mejor al anterior. O, siguiendo la divertida fórmula alemana, según "el mismo procedimiento del año pasado" representada sketch de Año Nuevo "Dinner for one".